Eres en esencia quien piensa y eventualmente te convierte en aquello que piensas.
Entonces, ¿puedo cambiar quién soy? Si, si cambias tus pensamientos - ahhh una de marketing del positivismo - No, espera la lógica y verás...
Los pensamientos se producen en un 99% de manera automática y son cerca de 80 mil al día.
¿Dónde está dentro de nosotros la "fábrica de pensamientos"? En nuestras creencias y no me refiero a creencias religiosas (bueno no directamente, aunque la mayoría tiene origen moral en ideas religiosas).
Las creencias han sido muy sigilosamente insertadas por nuestro entorno social y familiar, hasta las películas o libros que leemos la conforman.
¡Pero! Una creencia se nos presenta como una verdad. O mejor dicho las creencias se camuflan de verdades. No son verdades, pero las hemos tomado como tales.
¿Cuáles son tus verdades?
Los hombres son de Marte y las mujeres...
Después de un buen gusto viene...
Para ganar dinero...
El amor verdadero...
Ves cómo estas premisas te traen pensamientos, pensamientos que se corresponden con tu grupo social, familiar y quizás hasta nacional.
Bueno, ¡Welcome! Tus pensamientos no son tuyos, son prestados, los puedes seguir usando o los puedes sustituir (libre albedrío).
¿Tiene un costo? Si, tanto si decides tenértelos (ahora de manera consciente) o cambiarlos.
Por ejemplo, Imagínate que tu creencia base es: el amor verdadero es sacrificio. Esa creencia seguramente la compartes, al menos con tu grupo familiar. ¿Cuál es el posible costo si decides cambiarla? Posiblemente que tu familia cercana se va sentir menos querida por ti ya que dejaste de hacer sacrificios por ellos y van a actuar en consecuencia con mayor o menor madurez, pero van a actuar.
Así sucesivamente con todas las verdades que decidas verificar, cambiar o actualizar.