Hoy pasó algo bonito.
Me fascina la psicología clínica. Me gusta y me parece muy importante la neuropsicología.
Y también tengo en cuenta y le doy mucha importancia a la dimensión espiritual humana.
Por que sí, la espiritualidad es una dimensión humana. Somos humanos.
He atendido a todo tipo de personas, de todo tipo de culturas y creencias. Ateos, agnósticos, creyentes de diferentes tipos de dioses o entidades, personas espirituales sin dioses, etc.
Yo no tengo religión, pero sí tengo una dimensión espiritual.
En psicología me he apoyado en la dimensión espiritual de algunas personas para ayudarles a gestionar duelos persistentes, por ejemplo.
Para mí la salud es solo una, aunque hable de salud mental en mis post porque soy psicóloga. Pero no puedo separar la salud mental de la salud física o de la salud emocional o espiritual, etc. Los seres humanos funcionamos en conjunto.
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Y no, para mí nada tiene que ver la espiritualidad con esos que curan con el polvo del cuerno del unicornio o con los rayos láser que salen de los ojos de los habitantes sagrados de la Constelación de Orión.
