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El hombre que anotaba en un papel

El hombre que anotaba en un papel

Jun 15, 2021

El hombre que anotaba en un papel

Caminaba por San Martín, cuando lo vi a pocos metros. Era domingo, ya anochecía y casi no había gente circulando por la avenida.

El hombre miraba atento desde la vereda Oeste, hacia el frente y arriba. Luego escribió algo en un trozo de papel y lo guardó en el bolsillo de su sobretodo negro.

Debía tener, más o menos, mi edad. La inercia me llevó levantar la cabeza para ver lo que veía. Enclavado en el edificio descubrí un cartel que ofrecía local en alquiler.

Volví a mirarlo al tiempo que él hacía lo mismo en mi dirección. Medio avergonzada, desvié la vista y seguí caminando. Mi circuito implicaba cruzar a su lado, por lo que empecé a sentir un rojo vivo instalándose en mis cachetes.

Avancé rápido hasta la esquina, crucé la calle y continué hacia el Este, por Lavalle. Iba metida en Frank Zappa y su Peaches in Regalia cuando, repentinamente, percibí que alguien caminaba cerca mío.

En principio pensé que el ritmo acompasado de quien iba cerca era casual. Sin mirar, noté que la vereda se iba estrechando. Aquella persona se aproximaba cada vez más y pensé en un robo.

Tomé coraje y giré la cabeza. Allí estaba, otra vez, el hombre que anotaba en un papel. Caminaba adrede a mi paso mientras sentía sus ojos en toda mi cara. Entre aturdida y acobardada, decidí ignorarlo. Apuré la marcha y mi mirada hacia el frente.

A pocos pasos desaceleré, con sutileza. Él imitó mi gesto. Entonces aceleré, adelanté y, visualizando la fila de gente para ingresar al cine – que obstruía parte de la vereda-tomé distancia caminando (ahora) por la calle, bordeando el cordón.

Recién ahí creí perderlo de vista.

Caminé buscando el final de la cola. Me ubiqué y esperé, aún un poco incómoda con lo ocurrido en los últimos cien metros.

Entonces, lo divisé entre la gente. Sus ojos por todos lados, hasta que anclaron en los míos. Avanzó hacia mí, bordeando la fila, hasta que advertí su brazo y su mano rozando los míos y seguir de largo.

Miré hacia atrás. Una masa humana iba extendiendo la fila rápidamente. Llegando a la esquina lo individualicé cruzando Lavalle rumbo a San Juan, encarando el Norte.

Al llegar a la intersección, detuvo la marcha y se volvió a mirar hacia el cine. Fue un instante, hasta que dio media vuelta y prosiguió su marcha, perdiéndose detrás de un edificio.

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