Me desperté a los 30 y este cuerpo no era mío.
Me desperté a los 20y este cuerpo no era mío.
Me desperté a los 10 y este cuerpo no era mío.
Si me veo al espejo que sea de los hombros para arriba. O de la cintura para abajo.
Si me pongo esto me siento más seguro y si me lo saco no tanto.
Me vi con ese alguien que tanto me vuela la cabeza. No solo me di cuenta de eso, sino que mi versión de ahora ama tanto su cuerpo porque anhelo que sea vea igual.
Lo beso y, mi cuerpo que me es extraño, deja de serlo. Me toca y mi piel, que me es extraña, deja de serlo.
Dejo el cuerpo que no es mío. Y soy su cuerpo. Sin tetas, sin rasgos femeninos y sin útero sangrante.
Me levante hoy y este cuerpo no es mio. Tampoco de él.