Me ha llevado tiempo tirarme a la piscina, y ni sé si lo estoy haciendo realmente, pero puedo imaginar que sí y de esta manera, simplemente lanzarme al vacío.
Pero el tiempo permite el espacio para pensarlo de mil formas y empezar a trazar líneas débiles que de tanto insistir, se vuelven gruesas y firmes.
Así he llegado a concebir este plan: dejaré que las letras tomen su vuelo propio (pues quién soy yo para definir sus destinos) y dejaré que el riesgo y lo inesperado se hagan cargo de mostrarme mis límites al respecto. De ahí nacerán las publicaciones tangibles. Los fanzine. Los libros. Las cartas. Lo que sea.