Heriberto Duarte
¿Es probablemente el mundo una maquinaria compleja con un fin absurdo?
Cuando era niño me entretenía ver en las caricaturas esas máquinas extrañas, construidas para fines extraños.
Cuando era adolescente también y sigo arrastrando ese gusto por observar el funcionamiento de las máquinas de Rube Goldberg.
Del nombre me enteré hace poco y no sé ni de donde me llegó la información, pero cuando lo supe, lo anoté en diferentes partes cerca de mi vista para no olvidarlo pronto y si es posible, no olvidarme nunca.
Luego hice un maratón de lo que internet ofrece en las primeras búsquedas del tema. Tom y Jerry, Volver al Futuro, una videorola de OK Go y neta, una infinidad de aficionados y expertos desordenando su casa, con un afán científico y ocioso.
https://www.youtube.com/watch?v=qybUFnY7Y8w
Las primeras máquinas aparecieron en una caricatura llamada Los inventos del Profesor Lucifer Gorgonzola Butts. Aquí cabe mencionar que Rube Goldberg además de caricaturista y otras cosas artísticas, también fue ingeniero.
Casi todos hemos visto estas máquinas, pero pocos sabemos su nombre y al final podría ser lo de menos. Cuando la televisión o el cine nos ofrecen las escenas de estas creaciones quedamos hipnotizados por el paso a paso que termina cumpliendo con una tarea simple.
Esa es la meta de las máquinas de Rube Goldberg, ser una secuencia de pasos complejos para culminar un acto sencillo, como podría ser servir un vaso con jugo, limpiar un zapato o ponerle mermelada a un pan.
https://www.youtube.com/watch?v=GvnEBX9aedY
¿No se parecen un chingo a la vida las máquinas de Rube Goldberg? Y redacto esta pregunta con toda la intención de sobrepensar.
Puedo pensar que soy una canica rebotando en un absurdo aparato de Goldberg. Aquí voy en medio de unas vías del tren, montado en un trenecito de juguete, llamado vida laboral, que paga mal y les sales debiendo.
https://www.youtube.com/watch?v=3isQI0nXQRE
Luego una catapulta me arroja por el aire de la vida amorosa hasta caer en un espiral de tareas complejas: sonreír en algunas fotos, ir a un par de velorios, un par de bodas. Bailar y luego sentarse a ver la vida-maquinaria. Y luego nada. Adiós otra vez.
Luego deja uno de ser canica para ser una bola de boliche y hacer más compleja las cosas hasta ir por recovecos de la burocracia del deseo y de la burocracia de los oficinistas y de la extraña burocracia del corazón.
En la Milonga de Manuel Flores, escribe Borges que “morir es una costumbre que sabe tener la gente”. Luego también se refiere a la muerte como “esa cosa tan de siempre”. Y pienso y sobrepienso que los dioses juegan a ser Rube Goldberg para llevarnos al fin absurdo de una tarea simple: morir.
https://www.youtube.com/watch?v=GOMIBdM6N7Q
Y si el profesor Lucifer Gorgonzola Butts apareciera en este presente ya no tendría tiempo de inventar una máquina que en nueve pasos terminará limpiándole el bigote con una servilleta. Porque estaría muy ocupado buscando en amazon algunas cosas que le faciliten la vida. Entonces la maquinaria compleja de la modernidad lo llevaría a realizar tareas absurdas como dejarse llevar por la publicidad que le ofrecen los algoritmos, para que la puerta de su casa se cierre sola, se apaguen los focos al salir y las luces cambien de colores. Para que un robot le mantenga limpiecito el vitropiso mientras su cabeza es un paso más de un artefacto que alguien más maneja a través del celular último modelo que usa el profesor Gorgonzola del presente.
Me gusta pensar que las máquinas de Rube Goldberg no sirven para nada, pero hay un camino complejo para entender algunas cosas. Lo mismo con el trabajo, el amor y la burocracia.
Publicado en Mamborock: La vida, esa tonta máquina de Rube Goldberg.
Hilo de Twitter:
https://twitter.com/Heribertu/status/1696223102349492440?s=20