La clave de todo está en la interpretación que tenemos en nuestra memoria acerca de los comportamintos. Esto quiere decir que el contexto de donde venimos, nuestra propia crianza, contiene la información que desde el pasado influencia en el presente y para crear una relación sostenible, sustentable y saludable con nuestros hijos, es urgente actualizar ese software, metafóricamente hablando.
Cuando observamos los berrinches, en la mayoría de los casos, no estamos viendo el comportamiento de verdad, estamos observando el prejuicio proyectado que tenemos al respecto. ¿Qué sucede si cambiamos la interpretación? ¿Qué tal si la respuesta está en cambiar la pregunta?
Un berrinche es, en realidad, una ruptura emocional que puede ocurrir en cualquier persona, incluyendo los adultos. Cuando nuestros hijos experimentan un berrinche, es una señal de que tienen necesidades y emociones que no están siendo atendidas. Como padres, es importante que sepamos manejar estas situaciones de la manera adecuada, desde la reflexión, lejos de la reactividad.
No existe una fórmula única y perfecta para manejar los berrinches, ya que cada situación es única. Incluso las técnicas de crianza respetuosa pueden no funcionar si no sabemos por qué y para qué deseamos usarlas. Es por eso que debemos preguntarnos cuál es la necesidad que hay detrás del comportamiento de nuestro hijo, qué está sintiendo en ese momento y por qué nos incomoda su comportamiento.
Es importante recordar que un berrinche no es un mal comportamiento, sino una oportunidad para que nuestros hijos aprendan a gestionar sus emociones y necesidades a través de nosotros, sus figuras de apego. Si necesitamos apoyo en este proceso, es totalmente válido, e incluso necesario, buscar apoyo, apopyo que nos permita construir un mejor entendimiento de quiénes somos como padres y de quiénes son nuestros pequeños.
La próxima vez que nos enfrentemos a un berrinche, debemos recordar hacer estas preguntas: ¿cuál es la necesidad detrás de este comportamiento? ¿Qué está sintiendo mi hijo en este momento y de dónde viene? ¿Por qué me incomoda este comportamiento y qué siento como padre al verlo?
Entender los berrinches de nuestros hijos no es fácil, pero con la práctica y el apoyo adecuado, podemos manejar estas situaciones de manera efectiva y ayudar a nuestros hijos a crecer emocionalmente.
Albert Einstein dijo: "Sin inteligencia emocional, la inteligencia cognitiva no tiene valor".
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