Con seguridad, esta es la pregunta que más nos hacen mamá y papá cuando arrancamos el trabajo de acompañamiento en desarrollo familiar.
Y la verdad es que la respuesta es muy amplia, no existe una regla ni prescripción específica, ese es el reto, romper los paradigmas que nos han enseñado que “existe un solo camino” para llegar a donde anhelamos ir.
A través de observar profundamente la sociedad y el comportamiento humano se me hace urgente y determinante una reconstrucción y repotenciación del núcleo familiar, este es el lugar donde como personas obtenemos la mayor parte de nuestros aprendizajes base como seres humanos y de momento, el contexto que sostiene a niñas y niños, en LATAM, dista mucho de ser nutritivo para su naturaleza autónoma humana. Esto significa que lo que hoy hemos interpretado y heredado como “FAMILIA” está basada en la atención de lo que viene del pasado, cerrando la puerta a lo que demanda el presente.
Aceptar que hay algo en el presente único para cada persona y familia cambia, según yo, las reglas del juego que estamos jugando en la familia. Si nuestra atención y presencia apunta al momento presente el pasado se suspende y si el pasado se suspende entonces el futuro es absolutamente nuestra responsabilidad.
¿Entonces qué sucede si logramos construir el contexto único de nuestra familia desde la atención en el presente? Esa es una gran pregunta y prácticamente imposible de responder ya que la experiencia de lo que se encuentre en el presente le pertenece únicamente a cada mamá y papá.
Entonces, la crianza, según yo, no se puede construir de forma empoderarte si primero como adultos no comprendemos lo que significa entender, explorar y suspender lo que sea necesario suspender del pasado.
PARA MI, LA CCRIANZA NO TIENE NADA QUE VER CON LAS NIÑAS Y NIÑOS, TIENE QUE VER, EN PRIMERA INSTANCIA, SOLO CON EL ADDULTO Y DE DÓNDE VIENE.