Poco más de un año después de que falleció Sultán, la familia que habíamos formado se dividió. Mi ex se quedó con los dos perros, Toncho y Beto y yo con los tres gatos, Yokolina, Elvis y Mica.
Los acuerdos se llevaron de la manera más amigable y civilizada, aún puedo ver a mis nenes siempre que yo quiera y a veces me los deja encargados. Sigo velando por su bienestar y les sigo dando mucho amor de mamá perruna.
Viviendo sola con mis gatitos dentro del departamento al que me mudé, no es que me sobrara el dinero o el espacio físico, pero había un huequito en mi corazón. Entonces me dio por voltear a ver a otros lados, a otros animalitos con necesidades.
Empecé por volver a lo básico, a lo que hacía de niña, darles comida a cinco gatos que vivían a las afueras de los depas y que a veces se multiplicaban y llegaban a ser hasta nueve.
De todos esos gatos que se reproducían y luego se extraviaban unos, otros morían; logré rescatar dos camadas de gatitos en distintos momentos.
Tener gatitos bebés es LO MEJOR, se disfrutan de una manera inigualable, desde darles biberón, que se te duerman en brazos y luego ver cómo caminan mejor y se hacen independientes y traviesos; a todos los gocé demasiado, uno se me murió y cinco pude dar en feliz y exitosa adopción.
Actualmente ya no vivo en ese departamento, pero sigo frecuentando la zona y sigo viendo cómo se reproducen y tienen una vida corta y triste. Es por eso que quiero hacer en esa zona, una campaña de captura, esterilización y devolución, en inglés CNR (capture, neuter, return).
Voy a necesitar gatoneras, que son unas jaulas con trampa para gatos, un espacio donde se recuperen y dinerito para las cirugías.
¿Me ayudan?
Esta fue mi camadita del 2021: Hugo, Paca y Luis. Tomados de abajo de un carro, ya caminaban por el estacionamiento y corrían peligro.
Y esta fue del 2022: Nacieron en una maceta donde su mami y yo los cuidábamos, se los quite cuando un machito de extravió, a los otros tres les llamaba Pituca, Petacas y Plutarco.