Papi había perdido toda esperanza y felicidad, vivía solo por cumplir las promesas incumplidas a mami, los planes que habían hecho para ese año que comenzaba, papi se dedicaba en cuerpo y alma en atender a esos pequeños felinos que se habían quedado huérfanos, papi sabia que ellos sufrían en demasía por la pérdida de mami; los había visto despedirse de mami uno a uno; uno a uno se había subido a su ataúd para despedirse de esa gran mujer que les había dedicado la vida entera, que había despreciado una operación en doctor particular para atender a sus amados gatos, Cashitop había empezado esa procesión, se subió al ataúd, la miró y la miró y mentalmente se despidió de ella, le siguió Gitol, Tango, Kitty, uno a uno todos los pequeños se despidieron, menos los que se habían quedado en el cuarto y que le hacían la vida más difícil a papi, pero todos lograron despedirse.
Papi reconocía que todos los michis amaban a mamá y la extrañaban igual o más que el mismo, y eso le dolía aún más, por eso les atendía y cuidaba.
Kitty seguía preocupada por papi, a pesar de los poderes que le habían otorgado sus Diosas, no podía hacer nada por sacarle una sonrisa como las que escuchaba y veía que le otorgaba a mami; no, esa felicidad se había ido; si sonreía, le dedicaba esa sonrisa que le dedicaba a todas las personas y pequeños, pero esa risa de felicidad no la veía más. Kitty sufría mucho, tenía que hablar con todos seriamente, tenía que hacerles saber que ella, la sanadora veía con preocupación ese dolor que no podía curar y todos debían enterarse, primero hablaría con Gitol y Cashitop…
Gitol había hablado con los pequeños, ese pequeño gato alfa los había regañado a todos, les había hecho saber que papi estaba pasando por mucho dolor y no debían de causarle ningún problema; no debían hacerlo sufrir más, la vida se había ensañado con él a quitarle lo que más amaba, y ellos; si le amaban, no debían hacerlo sufrir más, esperaba que todos hubieran entendido, sino; se la verían con la furia de ese pequeño gato pelirrojo y nadie; nadie quería sufrir eso.
Tango estaba como siempre, viendo la ventana y disfrutando del calor vespertino del sol invernal, seguía sufriendo como todos y sabía que algo estaba pasando, Cashito estaba ensimismado, Gitol había regañado a los pequeños y Kitty estaba sufriendo; el por su experiencia en el Hogar de Transferencia sabía que algo se estaba fraguando, lo que no sabía y le preocupaba era si era para bien o para mal, pero conociendo a ese pequeño mago, sabía que se iba a meter en problemas y que Gitol estaba de mal humor, Kitty no podía intervenir para que los ánimos se calmaran y el debía estar alerta para detener cualquier problema que se presentara, sabía que papá no estaba para pasar malos ratos.
Cash se escabulló pensando que nadie lo vería, creía que era lo suficientemente sigiloso para que nadie lo viera, pero se olvidaba de Leono; ese pequeño león convertido en un hermoso gato color miel que adoraba a mamá y que por sus instintos, propios de su especie, podía anticiparse a todos los movimientos de cualquier pequeño felino, así que Leono se agazapó y le empezó a vigilar y vio como ese pequeño gato mago empezaba a romper la realidad para refugiarse en su biblioteca particular, Leono sabía que tenía segundos para escabullirse y vigilarlo, Leono sabía de lo que era capaz, era el último de su manada y tenía la suficiente experiencia para seguir a ese pequeño mago.
Cash volteo a todos lados para ver si no había nadie que lo viera, se sentía culpable por lo que iba a hacer aún cuando nadie estaba enterado, estaba muy preocupado; sabía que su biblioteca personal, copia de la de su maestro, guardaba libros luminosos, pero también los obscuros, esos que tenía prohibido consultar, pero que formaban parte de su acervo, debido a que el conocimiento era libre, era parte del libre albedrio que Dios les había dado no solo a los humanos, sino; también a todo ser pensante y él formaba parte de los mayores seres pensantes que habían existido.
Rompió la realidad y ensimismado atravesó hacia el interior de su biblioteca; pensaba que no había sido visto por nadie y eso le hizo ir inmediatamente a la sección de lo obscuro, sabía que la abertura se cerraría en segundos y eso le daba confianza.
Leono entró inmediatamente después que lo hizo Cash y se escondió atrás de uno de los grandes libreros para desde ahí espiar a ese mago…
Continuará….
Ari Gatita desde el Asilo, en los días más tristes de Marzo.